Por
David Beltrán
Opinión
Como los grandes delincuentes que se consolidan a lo largo de la vidas, que construyeron y forjando con sus acciones momentos que marcaron la historia.
La complicidad, la impunidad y el crimen, hoy marca nuestras vidas.
Es así como recordaremos este día, con eso delincuentes que persisten en nuestro México y como esencia indispensable de esa estructura que utiliza la investidura del poder judicial para proteger a los peores criminales.
A esos criminales que con sus acciones han logrado alimentar las estructuras delictivas de los más peligrosas delincuentes de la historia y de la humanidad, mafiosos como Al Capone, Pablo Escobar, Amado Carrillo Fuentes y hasta el famoso chapo.
No serían nada, si no los acompañará los inmensos recursos económicos, obtenidos de innumerables delitos como el secuestro, robo, asesinatos, extorsión, venta de drogas, etc.
Que gracias a hombres y mujeres, que trabajan como factureros, defraudadores fiscales, contrabandistas; construyen todo un proceso, estructura y organización para lavar, encubrir y trasformar esos recursos en legítimos.
Esos criminales han vivido y viven rodeados de riqueza, con palacios y lujos que se transforman rápidamente en el motor de reclutamiento y justificación para corromper el mundo que vivimos.
Por culpa de esos hombres y mujeres que trabajan al lado del crimen, es la misma corrupción que alimenta y fomenta a qué todo político y sus partidos pueda esconden sus riquezas mal habidas.
Es tan grande el mal que ocasiona, que deberíamos perseguirlos y juzgarlos cómo los peores criminales de la historia.
El día de hoy, ninguno de estos criminales podrán ser detenidos, protegidos por los jueces y la ley, siempre obtendrán la libertad para escapar y esconderse, tanto sus aliados y cómplices.
Hoy los más ricos y poderosos criminales de cuello blanco, dormirán tranquilos y con gran sonrisa, en sus palacios y lujos, que los grandes negocios de cuello blanco, los llena de recursos.
Gracias a los mafia de la SCJN no existe en nuestra Constitución, el deber de detenerlos, cuan al fin sean descubiertos y con la complicidad de todos sus jueces siempre serán hombres y mujeres libres, para gozar de sus acciones.
Con una gran molestia, con un gran sentimiento de frustración y deseo de justicia, solo queda claro que debemos enfrentar y perseguir a la mafia más poderosa de México.
La mafia del poder judicial y de la SCJN.
Debemos exponer a todos sus miembros y todos sus delitos, que se esconde con el rostro de hombre y mujeres dignos de respetos, como curiosamente es la misma esencia de aquellos a los que les concedieron el derecho de jamás ser detenidos.
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