David Beltrán
La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo indestructible.
(Benito Juárez)
Honorable congreso de la unión y pueblo de México.
señoras y señores.
Deseo expresar mi opinión sobre la reforma eléctrica presentada por el gobierno.
En mi carácter de ciudadano Mexicano y sobre todo por el intento de censurarla y por detener su aprobación.
No deseo hablar y señalar que las reformas estructurales de Peña Nieto se lograron con la participación de la corrupción que imperó en México y que operó desde este honorable congreso.
Ni siquiera a hablar del exclusivo beneficio que se tiene desde la cúpula con el auto-consumo y mucho menos a convencerlos de que ellos, son el verdadero problema de México y miembros del golpe de estado encubierto.
Tampoco a hablar y postular desde lo Ideológico-político, que significaría está reforma, en el acceso y las oportunidades y los beneficio para el pueblo, como a pedido la oposición y su alianza, que parece están aquí para oponerse a esos beneficios desde el conservadurismo y el capitalismo.
Como defensa de está, vengo a hablar de lo que está pasado y lo que creo que significa está reforma eléctrica en estos tiempos.
Desde el primer pozo petrolero y la primera gasolinera, la lucha por el futuro y la producción de energía forjo nuestro desarrollo y eso lamentablemente nos a llevado a que toda economía global dependa principalmente de combustibles fósiles.
Donde ahora la paradoja de la vida nos obliga a buscar energías menos contaminantes y decidir sobre nuestro futuro en este planeta, por ese efecto negativo que se produce por su consumo y que llamamos cambio climático.
El mundo debe avanzar y desprenderse de la antigua vida llena de petróleo, donde las potencias económicas y militares encabezan este llamado, que nos permite suponer que sus avances tecnológicos y económicos, les permite cerrar la llave del petróleo.
Surge frente a nosotros una verdad que es cada vez es más obvia, que estás potencias económica y militares, esos que crearon, firmaron y se comprometieron, hacen lo mínimo para cumplir y promueven un doble discurso.
Donde estás potencias figuran por ser los más contaminantes del planeta; no han logrado cumplir con cero emisiones y son los países en desarrollo los que se ven presionados con la figura del intervencionismo.
Donde el poder económico que se despertó del petróleo y su lucha por su control, que ocasiono toda historia y conflicto geopolítico; es ahora la historia por el control de estas energías y sobre todas las cosas, por el LITIO.
Al que llamo, el futuro del poder y la riqueza de nuestro tiempos.
Basta con lo antes mencionado, para entender que el problema no son los recursos, si no quien lo controla.
Se centran toda acción, por estás potencias económicas y militares, en la búsqueda de tener acceso a esta fuente y se observan hoy con el disfraz de inversiones como una guerra encubierta que buscan crear un imperio, con el control de estas reservas y estás empresas en el mundo.
Se transformaran en los instrumentos ocultos en un discurso por las energías limpias.
Esa es la verdad que México enfrenta, encabezada por estados unidos, Canadá y España y las otras potencias que figuran en sus alianzas militares.
Estamos enfrentando una estructura que busca consolidar de manera definitiva en el tiempo su lugar y sus objetivos, que son tan antiguos, como el dinero.
Fuera de las sombras; planearon el futuro, que ellos esperan controlar y dominar.
Donde estos recursos naturales se vuelve una maldición para los países en desarrollo, que acompaña el final de la pandemia que termina en una crisis económica global.
Se observa el intento de potencializarla, con los conflictos militares que se ocasiona con la intención de tomar el controlar de los mercados internacionales.
Esa cúpula del capitalismo, que monopolizar el dinero y el poder político, que a generado tanta corrupción en el mundo y que intentan hacerlo invisible con cinismo, al preséntese como los defensores de la libertad, la democracia y la verdad.
Llegó tan lejos esto que varios de los que hoy ocupan puestos públicos y hasta partidos políticos en el mundo, están comprometidos a modificar los gobierno, la política, la economía y sobre todo las leyes, para alcanzar sus objetivos desde el interior de todo pueblo.
Que solo a significado para el pueblo de México estar bajo ataque constantemente.
Esta cúpula ya logró en nuestro México, cambia las leyes y las regulaciones a su favor y a favor del dinero, con el que pactaron su apoyo y comprometieron su voz.
Que es el origen de este debate, de esta reforma eléctrica.
Que nos a llevado a sentir y escuchar, la voz de la alta traición y la voz de aquellos que desde las sombras que proporcionan los medios masivos de comunicación tradicionales, buscan el control de nuestras vidas y de nuestro gobierno.
Como el instrumento que logra silenciar e ignorar la maldad y todo delito, como representación de todo lo malo del ser humano y de nuestra estructura social, que es fortalecida por la indiferencia y el egoísmo del ser humano ante la vida misma.
Como la simple definición de una fuente infinita de poder político y mediático.
Condicionada con la riqueza económica y manipulada como la fuente de felicidad y satisfacción, que se convierte en una filosofía de vida que los lleva a sentir o disfrutar el aumentar su riqueza, mientras justifican todo delito y acto perverso.
No solo a llevado a ignorar las necesidades de los demás, sino aprovechándose de estas, han diseñado una estrategia económica que se caracteriza como la punta de la ambición y perversión que domina sus vidas, donde las desgracias o las crisis humanitarias les hacen ganar más dinero.
La Pandemia nos permitió visualizar está verdad cuando la población mundial sufrió su ataque y los gobiernos o pueblos que sufren por la incapacidad de adquirir las vacunas o por la incapacidad de aislarse al mundo, se suma a la desgracia la crisis económica y sociales internas que estallan por la desigualdad, que es acompañada por el miedo y la preocupación por el riesgo de una tercera guerra mundial, que solo la suposición, ya nos obliga a sufrir sus estragos a nuestra economía.
Donde los grandes hospitales privados, farmacéuticas, armamentistas y las empresas privadas, son los mayores ganadores de estas circunstancias por las que estamos pasando.
Nuestros sentidos nos avisan está verdad y mucha gente ya lo siente esa inseguridad y lo escucha en todas las mentiras y manipulaciones, que está envenenando tantas mentes.
Que se transforma en estos tiempos en un activismo inmoral sumergido una guerra (mediática) que transforman el rencor en irá, la desilusión en envidia y la intolerancia en venganza.
Dando origen y lugar a los extremos de la vida, social, política, religiosa, etc.; Que está generando un gran cantidad de enojo y frustración.
Donde la ansiedad y esa sensación de temor, nos obliga a buscar una solución desesperada, que es manipulada para crea las posibilidades que serán usadas para el beneficio de unos cuantos.
Es cada vez más evidente que están usando el sistema, sacando las leyes y regulaciones, en una falsa posibilidad de un progreso real.
Como el coyote en el gallinero, podemos representa esto, donde las personas como yo, que envejecemos en una vida simple y común, a significado una vida llena de desigualdades y abusos, donde millones se han quedado atrás, en ese efecto acumulativo que ha significado la pobreza.
Dirían los CONSPIRACIONISTAS esto es la estrategia a estos tiempos inciertos que son impulsados por una atención mediática con horario estelar, donde las naciones y pueblos aclaman y exigen una acción que nos saque de la crisis y la guerra; la perdida de libertades y derechos humanos básicos sean reguladas hasta que sean inexistentes; como la respuesta para el dominio del mundo por una élite privilegiada.
Todo está sucediendo, la pandemia que alteró nuestro estilo de vida, cambio climático, crisis económicas y crisis de indocumentados, contaminación de tierra y agua, hambre y desempleo, miedo por la guerra.
Todo esto amplificado por la redes sociales y los medios tradicionales, quienes intentan dictar la realidad de nuestras vidas y con lo que justifican el uso perverso de las desgracias, el dolor y el sufrimiento.
Y todo desde nuestras propias manos, desde nuestros propios celulares.
Los tiempos se están cumpliendo y no es necesaria una señal en el cielo o el sonido de las trompetas, como lo advierte la BIBLIA.
Todo mal se sentó en la cabeza de toda mesa.
Con la promesa de otorgar el control sobre la tierra, el agua, el aire y fuego y libertad total para actuar, con fortuna más allá de lo que pueden imaginar, a logrado corromper nuestra realidad y la vida de muchos humanos.
Y como lo dicta la máxima promesa, la verdad ya está entre nosotros y nos hará libres, trasciende todo, no requiere de lugar ni momento y es conocido por todos, ya que representa todas las cosas.
Donde la vida nos enseña que todo ocupa el mismo espacio y tiempo; en esta lucha constante y eterna; donde la vida inicia y termina; se crea y se destruye; se vive en paz o en guerra y se es libré o se vive en condena.
Somos y creamos nuestro propio paraíso o infierno.
Donde en su mínima expresión el mal te obliga a sufrir en carne y cuerpo y en su máxima mata y destruye todo a su alrededor; donde el bien te brinda paz y gloria y en su máxima servir a otros.
La paradoja de la vida se sirve de cada una de esta luchas, que en conjunto con todos los que compartimos este momento, se definirá la gran batalla que se está librando.
Donde al final, en la eternidad nuestras acciones se reflejarán sobre nuestras propias vidas, donde nuestras almas compartirán el bien o mal, que ocasionamos.
Así de simple sería definir lo que está pasando en el mundo; así de simple sería explicar está cuarta transformación; así de simple podríamos definir lo que está reforma está planteando.
Pero podemos decir.
Ellos son lo que nosotros mismos hacemos de ellos.
Que nos lleva a preguntarnos cuánto poder tenemos; como pueblo, como gobierno y nación, para detener esto.
La unión o alianza no es fuerza, ni valentía; es el lugar donde cada uno de nosotros forjamos nuestras vidas que definimos con nuestras acciones, al enfrentar aquellos que tratan de dividirnos y dispersarnos y que en unión o alianza tratan de detener este movimiento.
Y es momento de la transformación.
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