miércoles, 29 de julio de 2020

CASO ODEBRECHT, MEXICO

EL PACTO DEL SILENCIO

Para reflexionar

No hace falta demostrar que la corrupción generalizada es un problema tan grande que podemos medirla por el teatro que se monta para lograrla y que tan jugosa es la posible riqueza de los involucrados.

Si es cierto, como creo que lo es, la corrupción y el gobierno se proclamaban con cinismo, los sobornos, la extorsión, el contrabando, los fraudes al fisco, las mordidas, es más que los símbolos de esta verdad. Dejando de lado el narcotráfico y los asesinatos, nos quedamos con la expresión más sutil de un México gobernado por la corrupción.

Ese México que fue testigo de una retórica oficial, por así llamar a la simulación de la necesidad creada.

De los supuesto emblemas que su momento garantizaban y representan el lado correcto de la política, los de la derecha y los de la izquierda.

Ese México, de esas palabras bien cuidadas, manipuladas, para lograr la desinformación de la mayoría que se les llama, los olvidados y marginados.

Esa cadena de presidentes, esos amos del delito, que solo se convirtieron: primero en una familia criminal de traficantes; seguido por el socio que protegió al crimen, al que fortaleció y armó, creando un ejército privado de asesinos para controlar al pueblo y a sus enemigos; y al final un cómplice que les proporcionaría inmunidad y respaldaría los nuevos negocios.

Esa minoría ocultista del poder y la riqueza, de dos caras, en el que todos disimulan, que se desentienden y donde piensan que nada es lo que parece, que en la política, la verdad, son las mentiras que lograron convertir en una realidad.

De famosos políticos, intelectuales, periodistas, reporteros, que son solo unos bufones, apasionados y frívolos por las primicias superficiales y sin moral.

Que en el fondo nos tratan de convencer que vivimos en un pais, en el que, si nos proponemos, en cortarle las manos a todos los corruptos, tarde o temprano, terminaremos siendo un pais, sin manos, de un pueblo que ni siquiera piensan que es participes de ella, y no hacer, ni manifestar alguna acción, y solo culpan al sistema.

¿Qué tan grave tenemos que estar?, que el principio básico del pensamiento de esos acuerdos, esos contratos, esos negocios, que consolidaron con el fundamentó de que México es tierra de conquista y su pueblo es tonto y un cómplice perfecto.

¿En verdad es una causa perdida, nuestro pais?, se ha escrito con descaro, que el final, serán liberados y perdonados de todo delito, y por eso los vemos en los medios sonrientes y participantes de la opinión publica, con esos aires de soberbia y de inmunidad, trabajando para regresar al poder.

¿Al final todo regresara a ser lo que era antes?, en el que, el temor y la preocupación debe de ser del pueblo y de aquellos que se atrevieron a enfrentarlos, esperando el momento adecuado para eliminar a todo y todos, los que representan una amenaza a su soberanía y poder, sobre México y su pueblo.

¿Qué tan mal estamos como sociedad?, que el pueblo siente miedo, al hablar de las mentiras y manipulaciones que somos víctimas, pensando que podemos morir, por atrevernos a enfrentarlos con la verdad.

Tal vez, solo debemos tener paciencia y esperanza de ser testigos del final de una era, tener la mentalidad, de una sociedad que está esperando que las circunstancias mejoren y que no signifique más enfermedad y muerte. 

Una sociedad que se protege y también a sus seres queridos, en la unión frente a estas circunstancias tan adversas, donde el tiempo nos permite, pensar y escuchar, lo que México grita con tanto dolor y así descubrir lo que con tanto deseo quieren ocultar, lo que quieren callar, y así alimentar, ese sueño, esa fuerza necesaria para desterrar de nuestra sociedad, lo que por años fuimos víctimas.

         www.davidbeltran2020.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario