lunes, 10 de enero de 2022

OMICRON y el final de la Pandemia

Por

David Beltrán

Opinión

La muerte de millones de personas, que eludió a todo tratamiento o medidas de protección y arrasó con el mundo, nunca fue mayor y asimilado desde una realidad más transformadora como lo fue el covid-19.

Colapsó, suspendió y limito la vida cotidiana, derrumbo nuestros sistemas de vida y nos puso a luchar por sobrevivir sin tener la más mínima idea del costo que pagaremos en el futuro.

Ahora muchos o mejor dicho, todos entendemos lo que significa una pandemia.

Soñando que por fin desapareció esta pandemia, imaginando que nunca más se repita lo que ocurrió y que ya, no importar si es algo que hicimos o no a nosotros mismos.

Las constantes investigaciones o creaciones de farmacéuticas y gobiernos, para el negocio de la salud o para la guerra y la madre naturaleza nos puede poner de rodillas cuando así lo decida.

Por eso es una de las cosas que es menos probable que ocurriría, el pensar que las pandemias desaparecerán.

Pero a pesar de esta verdad, como un evento raro, que no sucede todo el tiempo, parece que la madre naturaleza es la que decide ponerle fin a este mal, donde la humanidad es incapaz de vacunar a toda la población, el virus se transforma en una nueva cepa que llamaron OMICRON.

Congestión nasal, dolor de cabeza y dolor de garganta, tos, cuerpo cortado, etc., son los signos de lo contagioso y mortal que es el covid-19, pero estos se observan menos devastadores.

Este virus se transmite o infecta igual o más fácilmente, lo que ocasiona un incremento masivo en los contagios, pero una igual disminución en los pacientes graves o letales hospitalizados.

Parece que la ecuación está equilibrándose, lo que se señalaba como el acto perverso de un plan mundial, donde la naciones se pelean por el dominio de la vacuna y la indiferencia del dolor y la muerte.

A pesar de las personas que no quieren vacunas, de los que no creen en el virus, los que no respetan las medidas de protección o los protocolos sanitarios, que muestra el peor rostro de nuestra propia naturaleza humana.

Es la naturaleza, es el mismo planeta el que le pone un fin.

Porque creo esto, si este virus menos agresivo, infecta a un número suficiente de personas, por fin lograremos inmunizarnos, lo que se buscaba con la vacuna, será la misma enfermedad la que ya no podrá propagarse al no tener a quien enfermar.

No me malinterpreten, no quiero que se infecten o se enfermen, pero creo que es la misma paradoja de la vida, lo que se está manifestando.

Creo que poco a poco menos gente se contagiara y poco a poco las cifras se estancara, en si, empezará a desaparecer de nuestra vida, erradicada en la gran parte del mundo.

Parece que la suerte sigue de lado de la humanidad.

Sin olvidar a todos los héroes que enfrentaron y atendieron a los enfermos, los que a pesar de el riesgo de enfermarse tenían la obligación o necesidad de salir a trabajar.

Lo cierto es, que debemos prepararnos para la próxima pandemia, porque ahora entendemos que es una realidad muy seria y tal vez no tengamos la misma suerte.

www.laencrucijada2020.blogspot.com

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