Por
David Beltrán
Opinión
Al estilo y el actuar de un grupo criminal, dejan en el piso la estatua del presidente descuartizado sin cabeza y pies.
Cómo aquel que llega a imponer su voluntad sobre un territorio, los del PRI calientan la plaza al mandar un mensaje a los de morena.
han llegado a terminar con el presidente y su movimiento y declarar la guerra a sus seguidores, mostrándoles los que les puede pasar si se atreven a enfrentarlos.
Organizado desde las misma cúpulas, se observa el control y el deseo de imponer su voluntad, donde su poder se hizo sentir al dejar sin luz a toda familia, víctimas de su malvado plan, la falta de testigos y de videos de vigilancia, son las muestra de lo que significaba el pasado.
Donde al observarlos juntarse para reconocer su triunfo, era el preámbulo de que pasaría algo, donde los símbolos de la agresión sobre una estatua que representa al gobierno y un movimiento, se quiere frenar de golpe y con miedo.
Serán los tintes políticos de los gobiernos del PRI los que marcarán este momento de violencia contra la imagen del presidente, donde la complicidad, el silencio y la impunidad, nos transportarán a la historia del PRI donde figura por éstos actos.
Este acto proyecta algo innegable, lo que significa el retorno de la oposición al poder, donde los símbolos que representa el movimiento de transformación serán destruidos y borrados del futuro de una nación.
Esos símbolos que representan la voz del pueblo y la voz de su deseo.
Ahora dependerán del valor de defenderlos y así defender el futuro de nuestro México, Con una sola voz y en multitud debe quedar marcado en la historia.
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