Por
David Beltrán
Opinión
“No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”
Virginia Woolf
Los medios de comunicación y la actividad de la prensa tanto oral como escrita, debería ser la tribuna de la expresión, de la comunicación y del conocimiento, de un gobierno, pueblo o nación y el instrumento narrativo del poder del pueblo, como auxiliar de todos en la llamada subordinación a la ley, la libertad y la verdad, más allá del entretenimiento a la sociedad o de trasmitir información oportuna e imparcial.
Lamentablemente su influencia en los asuntos sociales y políticos los a dotado de poder.
Donde su poder es la información y lo rápido y lejos que pueden transmitirla, son las vías para ejercerlo e imponer.
Que literalmente se convierten en la instancias fiscalizadoras del negocio del protagonismo entre el poder y la sociedad, donde las apariencias sustituyen hechos como un instrumento para desinformar.
Como mediadores entre la verdad y la mentira, se transforman en la mafia que moldea a su gusto la información que posee.
En contraposición con el Estado de Derecho y la democracia y la realidad, el doble papel de los medios de comunicación se representa en sus figuras de influencia política, económico, intelectual y hasta religiosa, con la que intentan moldear la opinión pública y la realidad social.
Por el medio o el propio periodista que intenta condicionar un objetivo en concreto que puede ser el favorecer o perjudicar a los representantes de los poderes político, económico y mediático, en el debate público.
Esta relación quedó rápidamente ilustrada y de forma magistral, con la llamada “casa gris” que es usada para atacar gobierno.
Como un campaña política, que tiene el objetivo de afectar la popularidad del presidente y el crecimiento político de morena.
De frente a la revocación de mandato , las elecciones que se celebrarán y de camino a la presidencia en el 2024.
Es sustentada desde la imagen de un escandalo y del influyentísimo.
Da un giro y se proyecta sobre si mismo, sobre todos los involucrados, víctimas y victimarios, donde el presidente expone una verdad que no es ignorada por todos.
La enorme fortuna que ha significado para algunos periodistas el desarrollar está actividad.
Donde uno necesitaría un vida para alcanzar esa prosperidad en una actividad industrial o profesional, los símbolos del enriquecimiento ilícito y corrupción, sería la respuesta sencilla.
Es tan alarmante esto y preocupante por los mismos medios y reporteros, que la ironía se encuentra en el temor o miedo a la información y que está se conozca por todos.
Es tanto el enojo que los reporteros del congreso de la unión, deciden censurar o ignorar a morena y tal vez hasta la exilien de los medios que representan.
Tanto que sería posible que no se presenten a la mañanera del presidente.
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