Por
David Beltrán
Opinión
Las elecciones internas de morena, no solo nos mostró el enorme partido que representa, con sus militantes y su fuerza de movilización y participación.
Nos mostró una verdad que sobresale de todas las irregularidades que se manifestaron, me refiero a la naturaleza misma de los retos que representa una estructura tan grande y viva.
Donde estos actos de sabotaje, boicot o traición, que se supone o fueron ocasionado, provocados, planeados, por los mismos integrantes de morena.
La existencia de estas amenazas, es una de las advertencia permanentes que se tienen que poner sobre la mesa y siempre estar preparados para enfrentarlas, si este partido desea crecer y convertirse el símbolo permanente de la transformación.
No solo se manifestó esa estructura que fue denunciada en su momento y que se mostró como la división dentro de morena, donde el resultado llevo a pintar de azul y rojo la ciudad de México.
También se manifestó esa misma naturaleza, de ese grupo que llevo acabo ese fraude electoral, esos oportunistas y aspiracionistas ambicioso, caracterizados cómo individuos (hombres y mujeres) que pueden moverse como la palmera que enfrenta el viento, entre morena y sus enemigos, entre sus principios y valores.
Si no que, también, se manifestaron los típicos individuos (hombre y mujer) que todos conocemos en nuestras vidas, trabajo, familia, esos que siempre se están quejando, que nada les gusta y nunca quieren hacer las cosas, eso que frente a uno, al patrón o la familia, dicen apoyar, defender, cooperar, participar, trabajar para alcanza el mismo objetivo, pero en el momento que les das la espalda, estos hablan, desean, hacen y promueven lo peor.
Todo esto dentro de un partido político vivo y de gran transformación.
Lamentablemente este proceso interno electoral, le trajo a la OPOSICIÓN la oportunidad perfecta para regocijarse y promover la figura de un partido político, decadente y pobre.
Donde las publicaciones en redes sociales, se acompañaban de comentarios clasista, elitistas y hasta racistas, representados o caracterizados con las imágenes o memes de chimpancés peleando.
Cuestionando a todo aquel que veía sus mensajes con la frase “dejaremos que estos chimpancés sean los que elijan nuestro futuro”, “estos pobres y sin clase, son los que quieren acabar con el INE”, “así terminará México si ellos siguen en la presidencia”.
Esa misma OPOSICIÓN que al ver a los militantes de morena en el conflicto, despierta la esperanza y el sueño de ver el final de este gran partido, donde la teoría conspirativa nos predice que estos grupos, individuos y políticos que está dentro de morena, sirven como instrumentos de la alianza “va por México”.
Cada uno, como instrumento para debilitar y dinamitar los cimientos y su estructura, con el cuestionamiento público y privado, entre los pasillos y oídos de sus militantes, la duda y el caos, serian la herramienta perfecta para atacar a este partido.
Morena está enfrente de un gran momento que no debe de desaprovechar, Debe limpiar la casa, empezando por las escaleras, de arriba hacia abajo.
Donde cada uno de esos actos, físicos o intelectuales, públicos o privados, directos o indirectos, intencional o no intencional, fueron utilizados para buscar el debilitamiento y deterioro del partido, no queden impunes, porque precisamente es así como los peores males de nuestro México, esos que todos conocemos y somos testigos en los otros partidos políticos, se fortalecieron, esos como la corrupción y la complicidad que encontraron un hogar.
Recordando que no es posible ser luz de calle y oscuridad de casa, como dice el presidente.
Creo que morena debe de ser firme y congruente, con sus militantes, esos que son capaces de hacer la diferencia, de enfrentar la adversidad y la provocación, sin caer en el juego y los planes que beneficien a sus enemigos.
www.laencrucijada.com.mx
Anterior
No hay comentarios:
Publicar un comentario